Un año de Caridad.

Cuando las cosas se ponen difícil, cuando los problemas se hacen grandes y cuando el ambiente se crispa, es cuando hace falta sacar todos los recursos disponibles para invertir la situación.

El año 2020 será recordado por muchas cosas pero, para bien o para mal, casi todas tienen su origen en la dichosa pandemia del Covid-19.

Dicen que es de personas inteligentes saber aprovechar las oportunidades. Y a las hermandades este año 2020 nos ha dado la posibilidad de demostrar hasta donde somos capaces de llegar cuando muchos hermanos en Cristo tienen la soga al cuello o están pasando serias dificultades para mantener una vida digna y llevar a sus familias adelante.

La Hermandad del Desconsuelo ha sabido adaptarse a las circunstancias. Este ha sido el año de la caridad. Aún sin abandonar otras tareas importantes en el ámbito cultural, pastoral, patrimonial o relacionado con el mantenimiento del culto, el año 2020 se centró tras declararse la pandemia, en una lucha por incrementar día a día la solidaridad que siempre demostró nuestra hermandad.

Han sido muchas las personas de la hermandad que han puesto lo mejor de sí mismos, además de su tiempo, para conseguir un solo objetivo: paliar, en la medida de lo posible, el sufrimiento de los menos favorecidos.

A aquella “lejana colaboración” que realizamos allá por el principio del confinamiento, con el grupo que formaron las hermandades del barrio y que llamamos “Costalero por nuestros mayores”, hay que añadir las más de sesenta familias atendidas desde la hermandad en esos primeros tiempos de la pandemia, fue toda una declaración de intenciones de un plan de caridad iniciado a través del “Ropero de San Blas”

Tampoco podemos olvidar los más de ocho meses de colaboración de muchos hermanos y feligreses, a los que no tenemos más remedio que agradecer su generosa aportación , con la institución del Hogar San Juan al que hemos hecho llegar durante todo este tiempo más de mil kilos de alimentos y un importante número de productos de higiene personal.

Otro colectivo perjudicado por la pandemia han sido las religiosas de los conventos de clausura de Jerez cuya principal fuente de ingreso es la venta de dulces y repostería. En este sentido un grupo de miembros de la hermandad encabezados por nuestra consiliaria del grupo jovén, han conseguido recaudar más de 3.000 euros para la Hermanas del Convento de Santa Rita y del Convento de Santa Clara.

Igualmente la Hermandad del Desconsuelo ha colaborado en estos últimos meses en la entrega de material escolar a más de 15 niños que no disponían de recursos suficientes para afrontar la vuelta al cole.

Nuestra acción social también ha llegado hasta el grupo de Cáritas de la Parroquia de los Cuatro Evangelistas. Así, y gracias al trabajo desarrollado en la hermandad y a la enorme generosidad de muchas personas cercanas, hemos financiado 130 cenas de nochebuena dentro del programa “Apadrina una Cena”.

La labor de nuestros jóvenes y de los costaleros ycapataces de la hermandad ha hecho posible también en estos días previos a la Navidad recaudar cerca de 3000 kilos de alimentos que se han distribuido, por medios propios, entre los Conventos de las Hermanas de la Cruz, Comedor del Salvador y Hogar de San Juan.  

Y esto no es todo, ahora continuamos con otras actividades como la venta benéfica de gel hidro-alcohólico con cuya recaudación pretendemos atender otras necesidades del barrio de San Mateo.

No es nuestra intención presumir de nada, hacemos, de la mejor forma posible, aquello que el Señor espera de nosotros. Es Él, junto a su Santísima Madre, quienes nos proveen de todo este ánimo y quienes nos dan fuerza para trabajar día a día.

Desde la Hermandad del Desconsuelo queremos agradecer a todos los bienhechores y colaboradores su aportación. Valoramos muchísimo la entrega y generosidad de nuestros hermanos y de mucha gente anónima que conoce nuestra labor y nos apoya. 

Gracias a todos.

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